Siempre he tenido una visión de Twitter como una plataforma principalmente para entretenimiento o noticias rápidas pero al profundizar me he dado cuenta que en la educación es una herramienta que, a pesar de ser vista con cierta desconfianza, tiene un gran potencial si se sabe usar adecuadamente.
Algunas de las grandes ventajas que he aprendido de esta red social pueden ser, la capacidad de resumir ideas en 280 caracteres, lo que obliga a los alumnos a optimizar lo que quieren expresar. Además, las encuestas y debates en temas pueden fomentar una participación dinámica y hacer que los estudiantes piensen críticamente sobre diversos temas. También se pueden crear comunidades de aprendizaje y compartir contenido relevante, lo que mejora la interacción en clase.
Sin embargo, no todo es positivo. Las distracciones, la desinformación y la falta de privacidad son riesgos que no se pueden ignorar, especialmente cuando los estudiantes son jóvenes. Por otro lado, el contenido de pago o los anuncios pueden ser obstáculos para usarlos en temas educativos. También hay que tener cuidado con la huella digital que el alumnado dejan, ya que un comentario inapropiado podría volverse en contra años después.
A pesar de sus desventajas, con la supervisión adecuada y un enfoque claro, X (Twitter) puede ser una herramienta valiosa en el aula para fomentar el aprendizaje y la colaboración y en comparación con otras redes como Facebook, Instagram o TikTok, veo que esta aplicación ofrece una experiencia más directa y centrada en el texto lo no da lugar a tanta distracción, por lo que puede ser útil para ciertas actividades educativas.
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